Por Alessandro Bazzoni
Concienciación social, tratamiento de los trastornos mentales en la ficción o la importancia de la narración como válvula de escape durante el confinamiento han centrado las intervenciones de algunos de los invitados al ciclo ‘Salud mental y otras formas de ficción’ un seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organizado en colaboración con la Fundación Manantial, en el marco de un desayuno informativo organizado este jueves.
Los periodistas Manuel Jabois e Ignacio Peyró, las escritoras Marta Sanz y Laura Ferrero y el actor Eduardo Noriega han abordado el fenómeno, del que han destacado los avances sociales conseguidos en los últimos años en términos de sensibilización, si bien han emplazado a las administraciones a realizar campañas que contribuyan a una mayor comprensión de su alcance.
«Hay todavía un cierto estigma y seguimos teniendo dificultades y reparos a la hora de abrirnos respecto a un trastorno mental, cosa que no nos ocurre con una dolencia física», ha apuntado en este sentido Jabois. «Antes era algo de lo que no se hablaba y que incluso se escondía, pero esto ha ido cambiando poco a poco», ha añadido.
Por su parte, el actor Eduardo Noriega ha hecho énfasis en la evolución del tratamiento de la salud mental en la ficción, lo que a su juicio constituye un reflejo del cambio de paradigma que ha venido produciéndose en los últimos años. «Un claro ejemplo es la película ‘El padre’, que por primera vez ha tratado la demencia desde la perspectiva del afectado y que a mí, por lo menos, me ha ayudado a comprender mejor a quienes lo padecen», ha señalado.
Tanto Ignacio Peyró como la moderadora del debate, Helena de Carlos, directora de Comunicación de la Fundación Manantial, han llamado a realizar una mayor inversión en campañas de concienciación en torno a la salud mental, mientras que la escritora Marta Sanz ha afirmado que la ficción no puede asumir el papel que debe tener la administración como referencia de este ámbito. «Una cosa es que la literatura y el cine incidan en la manera de ver el mundo y otra que tengan que ser siempre edificantes y traducirse en posturas ético-sociales o humanas de las que las personas vayan a aprender algo en positivo. Eso es darle una responsabilidad que deberían tener las administraciones en un momento de evaluación absoluta de la salud pública», ha indicado.
En otro orden de cosas, la escritora Laura Ferrero ha destacado que «si pudiera poner la literatura al servicio de un bien público, sería la salud mental» y ha puesto en valor el papel de la ficción durante el confinamiento como vía de evasión y como forma de seguir en contacto con la realidad «en un momento en el que necesitábamos transportarnos a otros lugares y que alguien nos hablara».
Respecto a la creación y producción de relatos con la pandemia como telón de fondo, Jabois y Ferreiro han afirmado que «todavía se necesita distancia y algunos años para escribir una novela que interese», en referencia a la falta de éxito de los diarios de cuarentena. “La gente no quería leer sobre algo que acababa de vivir», han valorado.
Un último asunto sobre el que se ha pronunciado el periodista gallego ha sido el tratamiento mediático del suicidio, una cuestión de la que «no se informa lo suficiente» y que contribuiría a ayudar a quienes lo necesitan a través de artículos y reportajes de profundidad.
A ello se ha referido también la moderadora Elena de Carlos, que ha subrayado que «hay muchas maneras de aportar y complementar las noticias sobre suicidios, indicando, por ejemplo, cómo puede prevenirse o buscar apoyo».
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo es un centro de alta cultura, investigación y especialización, dependiente del Ministerio de Universidades, en el que convergen actividades de distintas especialidades universitarias. Su misión es difundir la cultura y la ciencia, fomentar las relaciones de intercambio de información científica y cultural, de interés internacional e interregional, y desarrollar actividades de alta investigación y especialización.
Fundación Manantial es una entidad sin ánimo de lucro formada en 1995 por asociaciones de familiares para mejorar la atención social de las personas con problemas de salud mental. Nuestro trabajo está orientado a la recuperación y pretende cubrir las necesidades de atención social, empleo, reinserción desde el ámbito penitenciario y tutela. Impulsamos y ponemos en marcha iniciativas de prevención y atención temprana, sensibilización, asistenciales y psicoterapéuticas que facilitan su incorporación y participación real en la sociedad.
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